Esclavitud cotizada, nuevo concepto neoliberal

La escalada neoliberal que se vive en la Unión Europea no es una sorpresa ni una novedad, ya hace 80 años Friedrich Hayek auguraba el «crecimiento de la servidumbre» gracias a la utopía (neo)liberal que representa la Unión Europea, en 2013 el periódico español Público, se hacía eco de cómo el Euro había supuesto una puerta de entrada del neoliberalismo más extremo a toda Europa, que aún tenía gran parte de su alma de carácter intervencionista o socialdemócrata.

En el avance de esta corriente aparece la esclavitud cotizada como una forma moderna y sana de cubrir ciertos puestos de trabajo sin dañar demasiado el estado del bienestar.

Desde la fundación de la Unión Europea se han desarrollado las ideas neoliberales en todos los países de la Unión, incluídos los de tradición menos liberal como España o Portugal (cabe recalcar que la derecha española, hasta mediados de los años 80, era de carácter intervencionista, siguiendo la estela política de Franco), el neoliberalismo se ha desarrollado desde entonces, por la influencia estadounidense y de los países más neoliberales de Europa.

El neoliberalismo tiene entre sus características priorizar como bien común el beneficio empresarial por encima del social, considerando el desarrollo social como una consecuencia del crecimiento económico infinito, entre los críticos de este sistema se suele argumentar que el crecimiento infinito no es posible en un planeta con unos recursos finitos o que el bienestar social es más importante que el crecimiento de la economía, así como que este sistema favorece la desigualdad social. Si bien es cierto que los derechos de los trabajadores se ven recortados en primera instancia, también es cierto que la productividad del país se dispara sin necesitar tantos empleados, es decir, un sistema neoliberal es capaz de producir más dinero con menos trabajadores.

Hablemos de esclavitud, ¿qué es de verdad la esclavitud?

Según Wikipedia:


La esclavitud, como institución jurídica, es una situación en la cual una persona (el esclavo) es propiedad de otra (el amo). Así entendida, constituye una forma particular de relación de producción, propia de un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en la evolución de la economía.

«Esclavo» en Wikipedia

Así bien, en el mundo moderno consideramos la esclavitud como algo «malo» pero la realidad es que durante la mayor parte de la historia de la humanidad las sociedades han dado por válida la esclavitud y han sacado réditos de ella, incluso se dice que la mayoría de los esclavos fueron felices durante su vida como esclavos.

En la actualidad no existe en Europa la posibilidad de que una persona sea propiedad de otra o de una empresa, por ejemplo, de facto sí se establecen relaciones que rozan la propiedad entre empleado y empresa, todas las relaciones personales y decisiones personales se ven supeditadas al empleo, por ejemplo la maternidad o paternidad, las vacaciones, el colegio para los hijos, los estudios, o el lugar de residencia, dejando la vida personal en segundo plano, y siendo castigadas socialmente aquéllas personas que se salen de la normal priorizando su vida personal. Algunos sociólogos consideran esto ya esclavitud.

Capilatismo y esclavitud

Sidney Mintz y Stanley Elkins ya consideraban la esclavitud como una variable en la recta del carácter represivo de la actividad laboral, ya que, toda actividad laboral lleva consigo cierta carga de represión, ningún trabajador trabaja por cuenta ajena por gusto, trabaja por cuenta ajena por obligación y a cambio de un salario. Por favor, antes de seguir lee este artículo sobre la Esclavitud del Salario en la wikipedia.

Sidney Mintz y Stanley Elkins consideran que existe una relación recíproca entre capitalismo y esclavitud, evidenciando que conforme varía el dinamismo del capitalismo, el carácter represivo de la actividad laboral también varía. Lester Thurow sostiene que mientras la democracia es incompatible con la esclavitud, el capitalismo no lo es, por lo que la esclavitud suele reaparecer en la misma proporción que avanzan las formas autoritarias de gobierno. Existían seguros que retribuían la pérdida de esclavos por accidente durante el viaje, pero no por hambre. Por eso algunos negreros los arrojaban por la borda antes de que muriesen.

Wikipedia

Desde el siglo XX se han ido desarrollando fórmulas contractuales cada vez más cercanas a una relación de propiedad entre personas, algunas de estas vinculaciones contractuales incluyen cláusulas que además de la servidumbre obligan al empleado a «no formar parte de ningún sindicato», o a prácticas que podrían considerarse abusivas como el la obligación de mudarse a una ciudad diferente, a desplazarse con urgencia a otros países, o no realizar determinadas actividades en el tiempo libre…

Es una práctica común desde principios del siglo XXI subscribir cláusulas en los contratos laborales que prohíben al trabajador practicar algún deporte concreto de forma directa o indirecta. Los deportistas profesionales vienen firmando este tipo de cláusulas desde los años 80, cláusulas que les prohibían practicar ciertos deportes fuera de la dinámica del equipo al que pertenecían (nótese que en el ámbito del deporte profesional se habla de compra y venta de jugadores). Estas cláusulas se han extendido a estratos más bajos de la sociedad, a fin de evitar los gastos extra que supone incorporar un nuevo trabajador durante una baja por lesión, muchos trabajadores se ven obligados a firmar cláusulas que les impiden practicar algunos deportes o que les obligan a mantenerse a una distancia máxima del centro de trabajo durante sus vacaciones.

La tendencia de estas prácticas es creciente, dada la transformación del mercado de las sociedades autárquicas con empresas públicas muy grandes y con una vida muy larga, a un mercado con empresas más pequeñas y de una vida más corta. Esto hace que los trabajadores no tengan tan fácil cubrir sus ausencias y se lleven trabajo en vacaciones o en las famosas horas extra no pagadas.

A esto se le une la otra tendencia creciente, que es la de exigir plena movilidad y disponibilidad geográfica, con lo que las empresas, ya desde hace años, están moviendo a sus trabajadores a distintos puntos del planeta provocando grandes problemas de desarraigo y obligando a los empleados a dejar su vida personal para un futuro que nunca llega. En muchos de estos casos, este desplazamiento de trabajadores, no se remunera, y se hace innecesariamente sólo para cumplir con determinados cupos.

Vídeo: Esclavos siglo XXI, esclavos modernos. Análisis de nuestro trabajo y sueldo

El Miedo como herramienta de control de esclavos

La principal herramienta para controlar a los empleados-esclavos que utiliza el neoliberalismo es el miedo, principalmente el miedo a la pobreza y al paro, ya que el entorno del mercado laboral que vivimos, en el que no hay trabajo para todos, permite a las empresas reducir sus costes salariales a costa de ofrecer sueldos muy bajos.

Y tú, ¿Si no tuvieras miedo? ¿Qué harías?


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