Efectos curiosos de la pandemia: muebles
Antes de la pandemia el tiempo que el ciudadano medio pasaba en su casa era bastante reducido, y eso se reflejaba en todo tipo de cuestiones relativas al mobiliario de las viviendas, esta experiencia ha cambiado a la humanidad para siempre, y ha tenido algunos efectos curiosos entre los que hoy vamos a destacar uno: ¡comprar muebles como si no hubiera un mañana!
Claro, hemos pasado de no pasar por casa a tener que estar encerrados de forma forzosa, o no forzosa -eso ya es cuestión que tiene que decidir cada gobierno a nivel local- y una de las consecuencias que ha tenido es que muchos se han lanzado a redecorar sus vidas, unos han hecho una limpieza de armario a lo Marie Kondo y otros se han decidido a comprar mesa comedor tras varios años dando largas y comiendo en el sofá.
Respecto a lo primero,. Si no tiene una forma de ordenar su desorden, le recomendamos encarecidamente que lleve un diario como un sistema de clasificación natural.
El escritor John Kohn sugiere usar este método con ellos:
«La mayoría de nosotros no sabemos adónde van nuestras cosas, así que tendemos a quedarnos con ellas amontonadas en la mesa del comedor o en un rincón del armario. Pero, esto es realmente difícil de manejar si estás en medio de su limpieza y le ha llevado un mes dejar espacio para su desorden. Los diarios le permiten simplemente dibujar y estar en sintonía con su mundo interior y exterior».
O… dicho de otra manera… ¡Tira lo que no uses, coño!
La pandemia ha hecho que nos liemos a comprar muebles, o a renovar los que teníamos un poco viejos, las ventas de muebles se han disparado, algo que no hubiera sido fácil de predecir a principios de años…
Muebles bonitos, para estar tranquilos
La moda del minimalismo avanza cosas como que las mayores frustraciones del ser humano se pueden resolver tirando a la basura multitud de cosas que te anclan al pasado, incluyendo recuerdos familiares o incluso objetos valiosos que nuestros antepasados hubieran valorado sobremanera.
En el momento actual, se valora más un mueble de cartón-piedra comprado en cualquier tienda sueca de muebles que los originales a los que tratan de imitar. Las variedades más antiguas son bastante resistentes y han tenido una vida mejor. El más valioso del stock es el ‘Tallfrid’. Es una versión casera de la forma clásica y tiene un perfil muy bajo. Pero se dice que tiene un buen aroma y un sabor muy agradable. Su precio es de 20 coronas suecas ( 2 euros ) a 60 coronas ( 4 euros ). Los compradores deben solicitar un permiso de Natural Food House para tener muebles de madera en el país. Hay una cuota de 2.000 coronas suecas, que el gobierno puede verse obligado a cumplir, pero que rara vez se aplica, es algo similar al IVA. De ahí que los precios nos parezcan tan baratos.