PRODUCTOS ALTERNATIVOS

Cada vez usamos más productos…en general. Esta afirmación podría aplicarse a la cocina, la medicina, la cosmética o al mantenimiento de nuestros hogares. Antes con lejía, jabón hecho en casa y patatas nuestros abuelos y abuelas hacían maravillas. En esta época de consumismo desaforado, es difícil estar al día de cada cosa que sale, aunque en lo referido a la salud, deberíamos hacer un esfuerzo. Productos como el aceite de CDB usado como antioxidante, neuroprotector y antiinflamatorio, ponen a nuestro alcance todo un mundo de alternativas, quizás más ecológicas y concienciadas con el consumo responsable. Este aceite deriva de un cannabinoide  no psicoactivo, y trae otra vez a primera línea de debate el uso del cáñamo y sus derivados como alternativa culinaria, textil, cosmética y por qué no, también relacionada con un uso recreativo responsable y controlado de la marihuana. Hace poco nos sorprendía una noticia en la que se anunciaba la creación de un aceite revolucionario en el tratamiento de la epilepsia y el  cáncer y que ha logrado mejorar enormemente la calidad de vida de una niña afectada con el Síndrome de Dravet. La creación de una cepa alta en CDB (cannabidiol) y baja en THC (tetrahidrocannabinol, compuesto psicoactivo del cannabis), ha significado en este caso un enorme avance médico que todavía debe ser contrastado, pero que redunda en lo que ya sabemos: existen alternativas terapéuticas a las más tradicionales, y muchas veces son más baratas, menos invasivas y con unos efectos secundarios mínimos. Si podemos usar un aceite como este en champú o como complemento dietético, sin necesidad de entrar en debates sobre su pertinente o no uso médico, ¿por qué no hacerlo? El cáñamo ha demostrado a lo largo de la historia de la humanidad que es una planta asombrosa que en China lleva usándose desde hace ocho mil años. ¿Por qué no recuperar alternativas más ecológicas y condenarla a una asociación forzosa con los porros y su uso más frívolo?