«El carril Glovo»: Madrid habilitará un carril exclusivo para repartidores de delivery por las noches

El «carril Glovo» convertirá el carril bici en autopista para riders desde las 20:30

El Ayuntamiento de Madrid implementará en los próximos meses una medida sin precedentes en la movilidad urbana: la habilitación de un carril exclusivo para repartidores de delivery durante el horario nocturno. Conocido popularmente como el «carril Glovo», este espacio aprovechará la infraestructura actual del carril bici, que pasará a ser de uso exclusivo para repartidores a partir de las 20:30 horas y hasta las 3:00 de la madrugada.

Según fuentes municipales, esta iniciativa buscará agilizar las entregas, reducir la fricción entre riders y otros vehículos y, sobre todo, minimizar el impacto de las bicicletas y motos de reparto en las aceras. «Era un problema evidente que los ciclistas de ocio ya no utilizan los carriles a esas horas, mientras que los repartidores lo hacen en condiciones precarias y sin una regulación clara», declaró un portavoz de Movilidad del Ayuntamiento.

Reglas de circulación del carril Glovo

Para garantizar un funcionamiento eficiente, el Ayuntamiento impondrá una serie de normas específicas para la circulación en este carril:

  1. Prioridad absoluta para las bicis y motos de delivery: Cualquier otro usuario del carril a partir de las 20:30 será considerado «obstáculo temporal» y deberá apartarse de inmediato.
  2. Velocidad mínima obligatoria: Se establecerá un mínimo de 15 km/h para bicicletas y 25 km/h para motos de reparto. Cualquier repartidor que circule por debajo de esa velocidad podrá recibir una penalización en su cuenta de la app por «baja productividad viaria».
  3. Sistema de semáforos dinámicos: Durante el horario de activación del carril, los semáforos estarán sincronizados para dar prioridad a los repartidores, reduciendo las esperas en intersecciones clave.
  4. Norma del «pedido caliente»: Cualquier repartidor que lleve una orden de comida caliente tendrá derecho a adelantar a otros riders con preferencia absoluta, siempre que lo haga anunciando su maniobra con la frase «¡Va caliente!».
  5. Zona de repostaje exprés: Se habilitarán pequeños espacios en intersecciones donde los repartidores podrán recibir botellas de agua, barritas energéticas o cambios de batería de patinetes eléctricos en 10 segundos, sin necesidad de detenerse completamente.
  6. Multas por distracción: Los riders que sean sorprendidos revisando TikTok o contestando mensajes en vez de centrarse en la entrega podrán ser sancionados con la «multa de tiempo perdido», que añadirá 3 minutos extra a su ruta en la app como penalización.

Reacciones y polémica

La medida ha generado opiniones divididas. Mientras que las plataformas de reparto han celebrado la iniciativa, argumentando que mejorará la eficiencia del servicio, algunos ciclistas urbanos han expresado su preocupación por la posible «privatización nocturna» del carril bici.

Por otro lado, algunos sindicatos de riders han manifestado que la medida podría aumentar la presión sobre los repartidores, obligándolos a ir más rápido para cumplir con las expectativas de velocidad mínima impuesta. «Nos están convirtiendo en vehículos oficiales de la ciudad, pero sin los derechos de un trabajador público», señaló un representante anónimo.

A pesar de las críticas, el Ayuntamiento confía en que el carril Glovo reducirá conflictos viales y mejorará la convivencia en las calles. «Si todo sale bien, estudiaremos extender la medida a otras ciudades de España», adelantaron fuentes del Consistorio.

Queda por ver si esta apuesta por una Madrid nocturna más eficiente logrará su propósito o si terminará generando un caos rodado de riders a toda velocidad por la ciudad.

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Carril exclusivo para delivery en Madrid (ficción)

Otras ciudades europeas estudian medidas similares

El impacto del carril Glovo no ha pasado desapercibido fuera de España. Alcaldes de grandes capitales europeas, como París, Berlín y Ámsterdam, han mostrado interés en la iniciativa madrileña y estarían estudiando implementar sus propias versiones para optimizar el reparto a domicilio en horario nocturno.

La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ha declarado que su equipo está explorando la posibilidad de un «carril Uber Eats», que funcionaría con una dinámica parecida a la madrileña, aunque con la diferencia de que los ciclistas de reparto podrían llevar luces de señalización especiales para indicar la prioridad en los cruces. En Berlín, el alcalde Kai Wegner ha ido un paso más allá y ha propuesto un «carril Turbo-Lieferung» (Entrega Turbo), que permitiría a los riders acceder temporalmente a carriles de autobús en ciertos tramos de la ciudad.

Por su parte, el Ayuntamiento de Ámsterdam se ha mostrado más escéptico, advirtiendo que «el riesgo de que esto se convierta en una batalla campal entre riders, ciclistas y peatones es demasiado alto», según ha declarado un portavoz municipal. Sin embargo, fuentes cercanas han revelado que la ciudad ya está considerando un proyecto piloto en el anillo central, donde las bicicletas de delivery tendrían descuentos en el sistema de transporte público si respetan ciertas normas de circulación.

Con Madrid a la vanguardia de esta peculiar transformación urbana, queda por ver si otras ciudades seguirán su ejemplo o si el carril Glovo se convertirá en un experimento exclusivamente casti

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