hazteoir teme que la nueva normalidad consista en niños con vagina y niñas con pene
La nueva normalidad, y la forma en qué se va a desarrollar, es una de las grandes incertidumbres a las que nos enfrentamos en las próximas semanas. Expertos, colectivos, asociaciones… están realizando exhaustivos análisis sobre cómo debe enfocarse la vuelta a la normalidad tras la pandemia provocada por el coronavirus (COVID-19). Estos días se están filtrando muchos rumores sobre el posicionamiento de algunos grupos. Hemos podido conocer de primera mano, sin ir más lejos, la postura de HazteOir al respecto, que aseguran que su principal preocupación es que la nueva normalidad consista en niños con vagina y niñas con pene. Posiblemente, esta postura se haga pública en los próximos días.
Según diversas fuentes cercanas a la asociación, la realidad en las calles ha cambiado de forma muy importante por los estragos que están causando las medidas anarkocomunistas y anticarlistas de nuestro gobierno soviético. Aseguran que se puede ver claramente como «después del confinamiento, ahora muchos niños son niñas y muchas niñas son niños. Esto es lo que han conseguido las medidas educativas para afrontar esta crisis que ha tomado un gobierno más preocupado en que los niños salgan gays que en proteger a sus ciudadanos», afirma una de las fuentes que han preferido no ser reveladas. Algunas personas que forman parte de la asociación afirman que, además, estos niños y niñas tienen mayor tendencia a formar grupúsculos y generar situaciones de alto riesgo para la expansión del virus. Analistas cercanos a la asociación ya investigan si detrás de esta inercia a agruparse está el 8M. Otra hipótesis es que sean tácticas para generar un repunte en los contagios por coronavirus y terminar de hundir la economía española. Parece que la nueva normalidad siembre muchas dudas a HazteOir, que ve posible el intentar contraatacar con su autobús.
Enfrentamientos en los supermercados
Se están volviendo frecuentes los enfrentamientos en las colas de los supermercados por la incomodidad que genera a muchos usuarios que niñas les golpeen «sin querer» con el pene, por culpa de las nuevas materias educativas impartidas por este gobierno anarkocomunista anticarlista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. «Esto es lo que querían los del PSOE. Dividirnos y tenernos enfrentados, mientras ellos intentan convertir, en silencio, España en Venezuela. Esta táctica de obligar a cambiar de sexo a los niños y niñas no es más que otra de sus cortinas de humo», afirmaba rotundamente Julián G. S. al ser preguntado en la puerta de una ferretería.
«Si esta va a ser la nueva normalidad, al menos que les enseñen como utilizar su nuevo aparato reproductor» afirma un cliente de Mercadona que prefirió no dar sus datos. «No puede ser que, porque ahora lo aprendan en el colegio, todo sean por ahí cunnilingus en cualquier parte y pollazos gratuitos»
Servidores colapsados por las teleclases de homosexualidad
Los servidores de internet, uno de los pilares para mantener el buen ánimo durante la cuarentena, se han visto resentidos por la gran afluencia de estudiantes a las clases de homosexualidad, las únicas que han seguido impartiéndose con normalidad pese a la pandemia. Espectador del derrumbe del sistema educativo, el gobierno únicamente ha protegido esta asignatura como prioritaria. Decenas de ciudadanos y ciudadanas han culpado al gobierno bolivariano golpista del PSOE de Sánchez de sus cortes de red en sus respectivos domicilios. Muchos no han podido, recurrentemente, acceder a Netflix o Amazon por supuestas sobrecargas de los servidores. Ahora se han unido, convencidos de que el motivo son las clases que pretenden homosexualizar a nuestra juventud, que no han dejado de impartirse en todo el confinamiento.
La sobrecarga ha afectado a muchos sectores. «No hemos podido asistir a la misa online por la sobrecarga de servidores. Un montón de depravados estaban con las clases gays, lavando el cerebro a nuestros niños y niñas, hasta el punto de colapsar internet e impedirnos entrar en contacto con dios. ¿Ahora qué hacemos?», Lourdes no podía contener su rabia en la puerta del estanco. Tras intentar una conexión fallida con el párroco, intentó matar el tiempo con los reportajes de la web de Antena 3, «pero tampoco cargaba» asegura.